se abría ante mis pies como un abismo
dejando atrás colores, espigas y trigales.
Inmóvil tras el húmedo cristal
desde el que atisbaba el paso de los días
perdida la voz, refugiándome en la tinta,
te recordaba.
Con esa sensación de destemplanza
que dan las noches de invierno
en que despiertas helado y sin cobijo.
Con esa añoranza vaga y cálida
con que se recuerda un edredón en primavera:
con cariño pero sin urgencia,
te recordaba.
Y te encuentro en esta esquina de la vida,
confuencia de dulzuras y tropiezos
que sorteo a grandes rasgos con más voluntad que acierto.
Fascinada ante el color de este noviembre
que vincula en un instante la honestidad y el afecto
con la lectura interior de tu poema,
te reencuentro.
Paloma G.
"Más o menos extraña
la vida fue pasando tibiamente
por tu cuerpo y el mío.
la vida fue pasando tibiamente
por tu cuerpo y el mío.
Luis Gª Montero."
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