O sea, yo creo que hay que saber encontrar la poesía incluso en los momentos más sencillos y cotidianos. ¿Qué hay más íntimo y dulce que una conversación entre madre e hijo?
-¡Marcooooooooooossss!
-¿Quéeee?
-¡Ven un momentoooo!
-¡No puedo, mamá!
-¡Marcoooooooooos, que vengas!
-¡Que no puedo!
-¡Marcos, que como vaya yo te vas a enterar! ¡Marcoooooooos!
-¡Que no puedo, mamá, que estoy cagandooooooo!
Esto ha sucedido hace como una hora, lo oía (muy a mi pesar) por el patio de luces y también nos muestra lo íntimo y poético de vivir en una comunidad de vecinos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Opina, me encantará leerte...