No suelo ver El Hormiguero pero me he quedado clavada escuchando a Julia Otero.
Nunca, en los años transcurridos desde que tuve mi (s) cáncer (es) me había sentido tan identificada con nadie. Siempre me quejo e insisto en que me revienta eso de "eres fuerte, qué valiente; una luchadora..." y me revienta porque no, los enfermos de cáncer no "peleamos" no "vencemos", lo único que hacemos es sobrevivir. Punto.
Julia ha defendido esa postura, la de no ser ejemplo ni abanderada, sino simples seres humanos muertos de miedo y que hacemos lo que hace cualquier otro enfermo: sobrevivir si podemos, si nos dejan y si la medicina nos ayuda.
Ya. Solo eso. Nada más.
Cada vez que me han quitado un trocito de mí (literalmente) y no hace mucho de la última, algún amigo/a me ha mirado con orgullo mientras me decía: "tú puedes, eres una luchadora"
Mentira. Yo lo que estoy es muerta de miedo. Cada vez que en mis diagnósticos sale la palabra "carcinoma", lo único que pienso es "¿será ahora?" Y eso es lo que pensamos TODOS. No somos Rambo, no nos sentimos héroes o heroínas. No.
Ni mucho menos.
¿Qué no somos -o no soy- la reina del drama? Puede. ¿Que no necesito ir llorando por las esquinas? También. Pero eso no es fuerza, no es lucha, no es pelea, es simplemente aceptación y conocimiento de un hecho: hay un tumor. Vale. ¿Qué hay que hacer para no morirse?
Y una vez la quimio te destroza, lo único que quieres es que se acabe, que llegue esa última sesión. Y eso tampoco es lucha ni fuerza, es agotamiento, es miedo a seguir sufriendo.
Y en todos estos años nunca, jamás, había encontrado a otra persona, a otra mujer que sintiese lo que yo llevo sintiendo todo este tiempo y que, con dos ovarios como dos camionetas, lo ha expuesto ante todo un país.
Gracias, Julia.
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