Quiero
que todo sea como cuando era niña
Y que mis preocupaciones sean de nuevo
el examen de matemáticas y las cincuenta copias de "no hablaré en
clase" que siempre creía injustas y, en realidad, estaban más que justificadas.
Quiero que todos mis enemigos sean
otra vez esos niños que le quitaban el desayuno a mi hermano
pequeño o los que nos levantaban la falda en el patio a las niñas.
Quiero volver a preocuparme por
si hoy mis amigos me dejarán jugar a futbol con ellos como siempre o si
estará el niño tonto aquél que no quiere niñas en el equipo... ¡Ja! , pero si lo suyo era pura envidia porque yo
jugaba mejor que.
Quiero volver a abrir la bolsa de la
merienda como se abre un regalo, sin saber qué hay dentro, con los ojos como
platos.
Quiero que mi madre salga de
compras y vuelva a casa invariablemente con un tebeo para mí y otro para mi hermano, lo
cual sumaba dos lecturas.
Quiero que de nuevo todas
las enfermedades se curen con zumo de naranja y aspirina infantil y muchos
mimos.
Quiero también que todas las
heridas cicatricen con una tirita de colorines y dos besos.
Quiero volver a pedir cinco minutos
más por la mañana y que me los den como entonces.
Quiero que la ducha apresurada vuelva
a ser baño con juguetes y al salir de la bañera alguien me espere con una
toalla enorme, envolvente, cálida.
Quiero volver a creer en las hadas, en
Peter Pan, en las brujas... pero no con la nostalgia con la que creo ahora sino
con la confianza de entonces.
Quiero devorar cuentos uno tras otro,
sin prisa...y soñar en secreto, como soñaba de niña, que un día sería como Jo
March de Mujercitas, mi heroína: fuerte, independiente, y sobre todo
¡autora de cuentos!
Quiero...
Quiero volver en definitiva a esa
época en que todo, absolutamente todo, se solucionaba con un abrazo de mi madre
o contándoselo muy seria a mi padre que me miraba con la gravedad que requería
el asunto y luego se me comía a besos.
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