domingo, 21 de septiembre de 2014

Realitat o ficció

Ahir a la nit llegia una vegada més aquest paràgraf:

"Los años de Universidad se acortan, la disciplina se relaja, la Filosofía, la Historia y el lenguaje se abandonan, el idioma y su pronunciación son gradualmente descuidados. Por último, casi completamente ignorados. La vida es inmediata, el empleo cuenta, el placer lo domina todo después del trabajo. ¿Por qué aprender algo, excepto apretar botones, enchufar conmutadores, encajar tornillos y tuercas?"

Més endavant, continuava llegint:

"Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle; enséñale sólo uno. O, mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide una cosa llamada Guerra. si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los impuestos, mejor es que sea todo eso que no que la gente se preocupe por ello. (…) Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuanto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos "hechos" que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices por que los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía"

Fa pensar, oi?  sembla una radiografía esgarrifant dels moments que vivim. D'ahir, d'aquest matí... En realitat ho va escriure Ray Bradbury el 1953  a la seva "Fahrenheit 451" ambientada en un futur que podria ser avui mateix. I si no ho és, s'hi assembla molt. Massa..
Hi ha una sèrie de novel·les de política-ficció basades en distopies que llegeixo cada any des de fa...uf, ni ho sé:  Fahrenheit 451, Un món feliç, 1984, …sempre començo per una -qualsevol- i acabo llegint-les totes, no sé si buscant la ficció davant la realitat que veig diàriament.
Però no. Sempre, absolutament sempre em queda el mateix mal gust de boca.

I la mateixa por.


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