viernes, 8 de abril de 2016

So Long Marianne

Esta mañana me ha despertado una de mis canciones preferidas. Me gusta despertar así, con sonidos que adoro…
No sé si quien la ha hecho sonar lo sabía, no sé si ha sido casual o si para esa persona significa algo especial, el caso es que aún no había despertado del todo y entre las brumas que se despejaban poco a poco en mi cabeza, se ha ido desplegando la voz de Leonard Cohen diciéndome "hasta luego.." cantando su mejor canción, la mejor canción de un autor de mejores canciones, de un poeta que casualmente canta y aunque eso le ha hecho famoso,  sus poemas  sin voz merecen tanta atención como los que tuvieron la suerte de nacer con música.  En Amediavoz se pueden leer algunos de ellos. Leerlos y vivirlos.
 
Lo cierto es que hay momentos que justifican todo un día. Minutos que dan sentido a todas las horas que vienen detrás. Sensaciones que se despiertan saliendo de muy adentro  y que te acompañan luego durante toda la jornada, dejándote con esa leve sonrisa que impide que el cielo gris se vea gris, simplemente se percibe de un azul menos brillante pero con la certeza de que más tarde volverá a su color. Esa sonrisa que necesita luego de muy pocos estímulos para convertirse en una expresión relajada, serena…feliz a veces.
Esta mañana he tenido dos de esos momentos, uno de ellos me lo guardaré sólo para mí pero el otro quizá tiña de azul algún otro cielo gris, o devuelva las hojas a los árboles o deje caer lluvia sobre alguna piel sedienta, así que quiero compartirlo.
La que he oído, la que me ha despertado, es la grabación original, que podéis escuchar AQUÍ. 
No pienso renunciar jamás a uno sólo de esos momentos. ¿Qué sentido tendrían los días sin ellos?

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