miércoles, 8 de agosto de 2018

Doctor Livingstone, supongo

Dejó sus huellas sabiendo que le seguiría a pesar del camino,
con sus palabras tatuadas en la piel de los días,
con el perfil de su presencia convertido en canto
y la voz de su entrega vestida de plenitud.
Dibujó en su horizonte una cadena de espinas de plata
amarga como el silencio tras el roce de los valses.
Y al final, tras  la memoria del llanto absurdo,
sólo la huella del cansancio eterno y gris
devuelve el reflejo de los días desbordados del poeta.
                               
                                                                       Stanley.

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