sábado, 26 de marzo de 2016

País...

He estado releyendo un artículo sobre el tráfico de personas, y  parece ser que el destino habitual de las víctimas en Europa occidental pasa por España, Italia, Alemania, Gran Bretaña, Holanda, etc. etc.
Vivimos en un extraño país, o estado, o lo que sea. 
Un país en el que buscas en Google información sobre comercio sexual y encuentras anuncios denigrantes en los que  ni siquiera las llaman mujeres, sino "tias guarras" . 
Un país en que las madres optan por llevar a sus hijos a escuelas privadas para que no vean lo que hay en la calle, por que siguen convencidas de que la droga, la delincuencia y la prostitución son siempre elegibles.
Un país en el que intentamos convertir a nuestro hijos en seres cuadriculados y socialmente ignorantes con la excusa de protegerles y en el fondo estamos creando una generación de seres insensibles, fríos, radicales, crueles, y todo por que cuando mamá ve a una señorita medio en pelotas en la carretera en pleno mes de enero, le dice a sus niños que está haciendo auto-stop. Y lo que es peor: acaba por creérselo ella.
Un país en el que aún hay quién cree que las mujeres que ejercen la prostitución es que son unas viciosas y "si no, que frieguen escaleras, como yo, y  que no se hubiesen movido de su país, en vez de venir a comerse aquí la sopa boba" (¿le suena a alguien la frasecita?)
Un país en el que las mujeres inmigrantes sólo pueden aspirar a trabajar en el servicio doméstico y eso con mucha suerte, eso si han venido por su propio pie y no escondidas con una docena más de mujeres en la caja de un camión de pasta italiana desde vete tú a saber qué remoto pueblo rumano , por ejemplo y acaban en cualquier local cochambroso, molidas a palos por cuatro bestias que les retienen la documentación y las amenazan con dañar a sus hijos si no cumplen.
Un país hipócrita, un país lleno de gente "solidaria" que adopta nenas chinas para sacarlas de la miseria pero que es incapaz de llamar a la policía cuando ve una menor (claramente una menor) en una carretera, sola, muerta de frío…y no lo hace por que en el fondo para ellos  no es una mujer, es una puta.  Nadie. Nada.
Un país en el que cuando en una reunión en un café, en una sobremesa, en un chat…una mesa llena de gente educada, gente de bien, gente seria…una tertulia, en fin, en la que alguien más concienciado, asustado, asombrado por el tema se arriesga a hacer algún comentario al respecto sólo encuentra dos posturas a cuál más triste:
-O el gracioso que acaba contando chistes de putas y borrachos, con una señora sentada al lado, muy elegante, que le ríe el chiste en vez de vomitar la tapa de calamares que se está comiendo.
-O la total incredulidad al respecto, el convencimiento de que esos datos se exageran, la aseveración de que no es más que puro alarmismo y que en el fondo no hay para tanto. Y todo ello en realidad por pereza, por ignorancia, por pura desidia, por no querer abrir los ojos y ver una realidad que a lo mejor resultaría incómoda y pondría patas arriba la feliz comodidad en la que viven. Como los tres famosos monitos, que ni ven, ni oyen ni dicen.
En fin,
Un país que, me perdonarán ustedes la licencia,  es una verdadera mierda.
NN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opina, me encantará leerte...